Puede que nuestros equipos femeninos estén más acertados unos días que otros, pero desde luego que siempre son competitivos y siempre tratan de dar lo mejor de sí mismos; así que en ese sentido, fueron partidos bastante parecidos, ya que ambos conjuntos salieron desde el primer minuto con las ideas claras y con la intensidad y esfuerzo necesarios para llevarlas a cabo. Los parciales de 16-5 (23-11 al final del primer cuarto) y de 8-0 (28-14 al final del primer cuarto) de inicio para cadetes y juniors respectivamente, indicaban que las chicas habían salido entonadas y a por todas.
A partir de esos parciales de comienzo de partido, nuestras chicas siempre fueron al mando de los partidos, no dejando que el rival se acercara mucho en el marcador (excepto el 25-21 de las cadetes mediado el segundo cuarto) y llevando siempre el ritmo que interesaba en cada momento. No vamos a descubrir ahora que el ritmo alto es en el que se encuentran más cómodos ambos equipos, algo que supieron encontrar y mantener. Los contraataques se sucedieron y el juego en transición que llevamos meses trabajando dio muchos frutos, permitiendo tiros fáciles y aprovecharse de defensoras descolocadas. Pero cuando hubo que enfriar el ritmo, también se hizo, y se movieron bien tanto el balón como las jugadoras en los ataques estáticos, lo que nos permitió tiros cómodos (a destacar el excelente acierto de 3 puntos que se tuvo durante toda la tarde)
Los resultados de 65-49 (cadete) y de 70-53 (junior) hablan de que no se sufrió en los instantes finales para conseguir las victorias, ya que el buen trabajo se había arrastrado a lo largo de los encuentros, y de que hubo mucha similitud en los dos partidos.
Destacaron, como puntales ofensivos, Miriam García, en juniors, y María Romero, en cadetes, con 33 puntos cada una (en las fotos).
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