Nos presentábamos en el colegio San Antonio el pasado sábado llenos de ilusión, con la intención de poder disputar el partido ante el gran favorito al título, pero todo se quedó en eso, intenciones, ya que no estuvimos en el partido en ningún momento del mismo. El resultado, 90-53, deja bien a las claras la superioridad del equipo local, que no nos dio tregua alguna y dejó la liga prácticamente decidida en el último partido de la primera vuelta.
Todo lo hicimos mal. Atacamos mal y defendimos peor, infinitamente peor. Ni en pista delantera, ni en pista trasera éramos capaces de aguantar ni un solo 1x1. Todo eran facilidades para los locales, que sin duda supieron aprovechar en cada minuto del partido. Mención especial merece el aspecto reboteador. No se puede competir un partido en el que tu rival captura más del doble de rebotes de lo que haces tú.
El primer cuarto fue ya un desastre, se nos van rápidamente en el marcador y no encontramos soluciones, nos ponemos rápidamente 17 abajo y acabamos estos 10 minutos muy tocados. El segundo cuarto fue el único en el que hicimos algo "parecido" a lo que suele ser nuestro juego. Somos capaces de entrar en el partido y bajamos la diferencia a 10 puntos, que nos daba esperanzas para la segunda parte. Sin embargo, las sensaciones eran muy malas, y la tensión entre nuestros jugadores se palpaba en el ambiente.
La segunda parte tiene poco que comentar. Superioridad absoluta de los locales que van aumentando paulatinamente la ventaja hasta el +37 final que les deja la liga en bandeja. Sus 10 jugadores convocados hicieron todos un gran partido, pleno de esfuerzo y de acierto. A destacar el daño que nos hicieron en ataque y en defensa sus dos mejores fichajes de esta temporada, Alejandro Galán y Juan Ángel Trinidad. Sin duda alguna, su llegada esta temporada al equipo colegial les ha dado un enorme salto de calidad tanto en calidad ofensiva, como en la superioridad física que representan respecto a sus rivales.
Aún así, nos da la sensación de que les regalamos el partido, ya que en ningún momento fuimos nosotros mismos. Los colegiales son un gran equipo, por lo que demostraron el sábado a día de hoy muy superior a nosotros, pero nos queda la espina de que jugaron contra otro equipo que no somos nosotros.
Solo nos queda trabajar para darnos el gusto en esta segunda vuelta de volver a jugar como nos gusta y como nos divertimos. Hay que saber gestionar la tensión y la responsabilidad deportiva, esto no es más que un juego, y ningún niño tiene que sufrir como lo hizo el otro día por no ser capaz de obtener un resultado deportivo que hay que saber relativizar.
La única nota positiva, de la estamos muy orgullosos, es que en un momento muy duro para todos nosotros, todos los jugadores sin excepción supieron reconocer la superioridad del rival y fueron un ejemplo de deportividad en la derrota.
Enhorabuena al San Antonio por la victoria obtenida y por la forma de conseguirla. Nosotros, a seguir trabajando duro para mejorar día a día. El camino es muy largo y nos quedan muchas tardes de baloncesto. El deporte SIEMPRE te da una segunda oportunidad, y para cuando llegue, tendremos que estar preparados.
Cuando se cae hay que volver a levantarse.
ResponderEliminarTrabajar más duro y reconocer que siempre hay alguien superior y que las derrotas siempre llegan.
Si nos creemos invencibles más dura es la caida.
Se aprende más de las derrotas que de las victorias.